George Clooney molesta a sus vecinos en Inglaterra
Escrito por Juan Bautista el 28/09/2015
Londres.- Los vecinos de Sonning, en el sur de Inglaterra, se han quejado por las obras de remodelación que se efectúan en la casa que el actor George Clooney y su mujer, Amal, han comprado en esta localidad y afirman que el ruido está arruinando la tranquilidad del lugar.
Según informa hoy el diario «The Daily Telegraph», la pareja ha encargado la construcción de una nueva piscina, una bañera de hidromasaje, pistas de tenis y un cine privado para doce personas.
Los vecinos no han ocultado su malestar por el tiempo que están durando las obras y afirman que los andamios son antiestéticos, los camiones que llevan el material arruinan la tranquilidad del lugar y los albañiles hacen demasiado ruido.
Los residentes, agrega el rotativo, ya habían presentado una queja al ayuntamiento del distrito de Oxfordshire, donde está Sonning, por los planes para colocar varias cámaras de circuito cerrado de seguridad que miraban hacia varias zonas, algo que en opinión de los vecinos invade su intimidad.
«Creo que el trabajo de construcción es malo y me estoy empezando a volver loca», dijo una vecina, que prefirió el anonimato, al diario.
Otro residente afirmó que la paz en la localidad, por donde pasa el río Támesis, está «totalmente destrozada» por las obras. «Los trabajadores están siempre gritando cuando la gente trata de disfrutar de una caminata a lo largo del río», agregó.
La pareja, que se casó hace un año en la ciudad italiana de Venecia, compró dicha casa, valorada en unos 13 millones de euros, después de la boda.
La mansión, del siglo XVII y conocida como Aberlash House, ya dispone, entre otras cosas, de un gimnasio, una biblioteca, un estudio, una bodega y una caseta para guardar botes.
Pero George y Amal Clooney, de 54 y 37 años, respectivamente, están instalando la nueva piscina, de unos 18 metros de largo, una pérgola y una sauna en el lugar donde está la caseta.
La británica Amal Clooney es una destacada abogada especializada en derechos humanos y también es conocida por haber asesorado al Gobierno griego sobre su reclamación de los frisios del Partenón, en poder del Museo Británico, en Londres.