Prince llevaba el baloncesto en el corazón
Escrito por Juan Bautista el 22/04/2016
MINNEAPOLIS — Prince llevaba la música en la sangre, pero el basquetbol estaba en su corazón.
«Creo que el básquet fue realmente su primer amor», afirmó Al Nuness, quien fue su entrenador en la secundaria Central de Minneapolis.
El jueves, cuando comenzaron a surgir las noticias sobre el deceso de uno de los cantautores pop más influyentes de la era moderna, Nuness se enteró mediante una llamada telefónica de su esposa. Y su mente viajó de inmediato a 1973, el año en que Prince y sus precoces amigos de noveno grado fueron ascendidos por el entrenador al equipo de categoría intermedia en la institución.
«Él era muy bajito», recordó Nuness. «Pero era veloz. Podía manejar bien el balón, penetrar en la defensiva y hacer pases».
Prince Rogers Nelson y su medio hermano Duane Nelson tenían un gran amigo, Paul Mitchell.
El trío inseparable, desde la época en que asistía a la cercana escuela Bryant Junior High, quería jugar basquetbol con tanto afán que solía colarse al gimnasio de Central, junto con su perro y sus bicicletas, para participar en algunas prácticas después de las horas de aula. Nuness debió echarlos varias veces, según recordó el jueves, en una entrevista telefónica con The Associated Press.
Pero Prince no le causó muchos problemas a Nuness.
Su generación, que se graduó en 1976, contó de hecho con uno de los mejores equipos en la historia del estado. Central, que cerró sus puestas poco después, finalizó la campaña con una foja de 25-1 y envió a varios jugadores a los programas universitarios de la División I de la NCAA.
La carrera deportiva de Prince terminó después de su temporada de segundo año. El basquetbol pasó a segundo plano respecto de la guitarra y el micrófono. Pero el artista siguió comunicándose ocasionalmente con Nuness, mientras cobraba fama y se transformaba en una celebridad ermitaña.
Cuando era ya una estrella, Prince apoyó a algunos equipos de la liga estatal universitaria AAU, dijo Nuness.
«Era un gran joven», recordó Nuness. «Hizo muchas cosas caritativas que la gente desconoce, porque él no quería que la gente se enterara de lo que hacía».
A continuación, algunos otros vínculos entre el deporte y el astro que falleció a los 57 años.
El Super Bowl
El gran partido de la NFL se disputó hace nueve años en Miami bajo condiciones meteorológicas adversas. A la mitad de ese Super Bowl, cuando Chicago e Indianápolis pudieron guarecerse durante un rato de la lluvia y el viento, Prince ofreció uno de los mejores espectáculos que se recuerden en estos partidos.
Ajeno a las condiciones sobre un escenario resbaloso, Prince, vestido con un saco azul y una camisa anaranjada, derrochó profesionalismo y mostró su talento con la guitarra.
Bruce Rodgers, quien fue director del espectáculo del Super Bowl en aquel año, recordó la experiencia en un video difundido por NFL.com. Dijo que un colega habló con Prince por la mañana y le advirtió que llovería.
«Prince reaccionó como diciendo, ‘¿pueden hacer que llueva más fuerte?»’, dijo Rodgers.
Morado y oro
Cuando los Vikings de su ciudad natal llegaron a los playoffs de la NFL tras la campaña de 2009, Prince atestiguó la victoria sobre Dallas en el Metrodome. Con ese triunfo, los Vikings avanzaron a la final de la Conferencia Nacional, y Prince les escribió una canción, llamada «Purple and Gold», cuyo título emulaba el mayor éxito del cantante, «Purple Rain», y hacía alusión a los colores del equipo, morado y oro.
El tema era una combinación entre un himno colegial, una canción de los Beatles y una melodía de la década de 1980 con sintetizador. «Somos la verdad si la verdad se puede contar, el morado y el oro por mucho habrán de reinar», decía una parte de la letra.
«Prince fue increíblemente representativo de Minnesota, y ayudó a poner en el mapa a Minneapolis y a St. Paul. Fue un artista brillante y una mejor persona», destacaron los Vikings en un comunicado. «Siempre estaremos orgullosos y agradecidos por el hecho de que se haya considerado un seguidor de los Vikings».
«Let’s Go Crazy!»
Cada vez que los Mellizos de Minnesota conectan un jonrón, se escucha en los altavoces del parque el éxito de Prince «Let’s Go Crazy». Los peloteros adoptaron «Little Red Corvette» como una canción emblemática la campaña anterior. Los fanáticos con suficiente edad para recordar las primeras melodías de Prince comenzaron a enseñar las letras a los más jóvenes que asistían al graderío.
«Uno de mis favoritos se ha ido. Esto duele», dijo el jardinero Torii Hunter, recientemente retirado, mediante la red social Instagram.
Tras la victoria del jueves, por 8-1 en Milwaukee, el primera base Joe Mauer indicó, «es una noticia triste. Todos los habitantes de Minnesota se enorgullecen de Prince, seguro».
Ovacionado en Oakland
Prince fue aclamado el 3 de marzo, cuando asistió al Oracle Arena para presenciar el partido entre el Thunder de Oklahoma City y los Warriors de Golden State. Estaba en la ciudad para ofrecer un concierto en el mismo inmueble, la noche siguiente.
El alero de los Warriors, Draymond Green, asistió al espectáculo.
«RIP Prince. Tuve el placer de verte en un concierto el mes pasado en Oakland», tuiteó Green. «Uno de los mejores espectáculos que he visto. Descansa en paz, leyenda. ¡Guau!»